viernes, 20 de mayo de 2011

¿Dónde buscar alienígenas?


De nuevo ha comenzado la búsqueda de vida extraterrestre. Un nutrido grupo de astrónomos

estadounidenses han puesto en marcha un proyecto de búsqueda de indicios de vida inteligente en otros planetas. Han seleccionado 86 planetas similares a la Tierra para centrar su atención, dedicando 24 horas completas de observación mediante radio telescopios.
Los 86 planetas seleccionados, de entre una lista de 1,235 posibles planetas, son similares a la Tierra (earth-like en su terminología inglesa). Para que exista vida pluricelular, que es la única forma de vida inteligente que conocemos, se necesitan unas condiciones similares a las que tiene nuestro planeta. Eso no significa que no se pueda dar en otras condiciones, pero para empezar a buscar, empezamos por lo ya conocido.
La existencia de agua en forma líquida, la presencia de una atmósfera desarrollada que proteja de las radiaciones nocivas, y una tasa de insolación cercana a la de la Tierra parecen ser necesarias para la existencia de organismos de cualquier tipo.
Los científicos buscan organismos basados en moléculas de carbono o de silicio, las únicas que permiten formar moléculas suficientemente largas para realizar las funciones bioquímicas, sin abultar y pesar demasiado.
El agua es necesaria en todos los procesos bioquímicos que generan y mantienen la vida. Las células de todos los organismos conocidos hasta el momento son soluciones acuosas, y la disponibilidad de ésta limita seriamente la colonización de hábitats. También proporciona un medio en el que desarrollarse, pudiendo flotar sin estar sujeto a las restricciones de la vida sobre tierra. Esto es especialmente importante para el paso de vida unicelular a organismos más complejos.
Una parte importante de la radiación que recibimos del Sol, así como de otras estrellas, es nociva. De sobra conocido es el peligro que supone la radiación ultravioleta, por citar solo una. La radiación rompe las moléculas orgánicas, bien sean biomoléculas o simplemente moléculas orgánicas, imposibilitando el desarrollo de organismos pluricelulares.
La presencia de una atmósfera, con una capa específica que ayude a limitar esos efectos nocivos se hace imprescindible para la vida sobre cualquier planeta. Sin embargo, la radiación tiene, digamos, un efecto positivo: genera mutaciones en distintos puntos del genoma, lo cual ayuda en la evolución. Por tanto, algo de radiación deberá llegar.
Una tasa de insolación como la de la tierra permite, principalmente, dos cosas. Primero, el mantener una temperatura suficientemente alta como para que el agua se encuentre en estado líquido, pero no demasiado alta para que limite la vida. Por otra parte, es una fuente de energía importante, y permitiría la aparición de sistemas metabólicos que convirtiesen dicha insolación en alimento, del mismo modo en que la fotosíntesis lo hace sobre la Tierra.
Existen otros factores que hacen de distintos cuerpos celestes mejores candidatos para albergar vida que otros. La existencia de una proporción de tierras emergidas suficientes dota al planeta de suficiente diversidad de hábitats para el desarrollo y evolución de distintas formas de vida. La presencia de un sistema climático, determinado por las corrientes marinas y la densidad atmosférica, facilita la transmisión de energía y nutrientes a lo largo del planeta. Y así con un largo etcétera.
Estas son las condiciones óptimas para pensar en la posibilidad de vida en otros planetas. Es muy posible que las condiciones en la Tierra sean únicas, y que ello no signifique que no se pueda dar vida en otros lugares, pero siempre es preferible comenzar a buscar en lugares parecidos.

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